viernes, 14 de agosto de 2009

¿Más fútbol? ¡Qué vuelva Hogar 10!

Aún recuerdo mi primer encuentro con Hogar 10. Una tarde de aburrimiento, haciendo zapping por las catacumbas de la TDT, me tope con este canal que combinaba programas de cocina, telenovelas y una extensísima teletienda. “Vale”, recuerdo que pensé, “acabo de confirmar que esto de la TDT es el timo de la estampita”. Ayer, ese canal dejó de existir para dar paso a Gol TV, canal con el que los señores de Mediapro quieren explotar esto del fútbol de pago después de dos años cantando las maravillas del fútbol gratis.

Es divertido ver cómo describen la aprobación de la TDT los obsesionados con derribar el “imperio del monopolio”, que diría García, y la pataleta el propio imperio del monopolio. Es verdad que la medida es buena para el sector. Después de haber comprobado el esfuerzo inhumano y los extraordinarios recursos que han invertido las televisiones para generar contenidos de absoluto desinterés para el público, puede ser un buen sistema para que el cambio de analógico a digital tenga una utilidad real. Por otro lado, que una ley como esta se apruebe en mitad de agosto no tiene otra razón de ser que los amigos de Mediapro puedan tener el chiringuito listo para la primera jornada de Liga.

Así las cosas, vamos a tener que comprar otro cachivache para poder ver la tele. ¡Otro cachivache! A este paso vamos a tener que sustituir el mueblecito de la tele por un portaaviones: La tele -que las nuevas precisamente pequeñas no son-, el cacharro de la TDT, el DVD, el descodificador del Plus, el vídeo –sí, el VHS, que no se usa nunca y está roto, pero hay que guardarlo por si acaso al abuelo le da por ver su colección de películas de la Guerra Mundial-, el disco duro multimedia para ver las series bajadas del Emule, la PlayStation del niño y la pila de todos los números de Guia TV o similar que se han ido acumulando durante los últimos siete años y que por alguna razón nadie ha tirado. ¿Aguantará el mueble de Ikea tanto tonelaje? En ese momento es cuando uno se acuerda de las piezas que, misteriosamente, sobraron después de cuatro horas montando el artefacto.

Hoy mi abuela estaba indignada. “¿Más fútbol?” se quejaba, “¡Que vuelvan mis telenovelas”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario