miércoles, 16 de diciembre de 2009

El penalti más largo del mundo

Iturralde es el campeón del Villarato” e “Iturralde le da la victoria al Barça” eran los titulares de As y Marca en la portada el día después del Barça-Espanyol del pasado domingo. El editorial de Marca, titulada “Iturralde regala la victoria al Barcelona de forma inadmisible” y deja caer, casi tontamente, que “la corriente [de errores arbitrales] ha ido muy favorable al Barcelona”. La crónica de As –firmada por Tomás Guash, impresentable donde los haya y que tiene de periodista lo mismo que Pocholo- narra: “Sucedio a los 39 minutos de un derbi de fuerzas parejas. Un balón cruzado al área de Kameni, Baena que forcejea, no más, con Xavi que cae. Iturralde se siente Messi en ese momento, el futbolista más desequilibrante del Barça”. Aprovechando la jugada, y que al final fue lo que decidió el partido, la Brunete Mediática merengue ha sacado toda su artillería para gritar “¡Villarato!” a los cuatro vientos (Pregunta: si ellos ahora hablan de Villarato y Platinato ¿podemos hablar nosotros de Franco y Guruceta? Aquí o follamos todos o la puta al río, digo yo).



La manipulación en este caso es bastante mezquina. Vale, Xavi no hubiera llegado a controlar ese balón ni en dos millones de años. Vale, cada partido hay siete jugadas así que no se sancionan con penalti. Vale, seguramente la acción de Baena no es suficiente para desequilibrar a Xavi, aunque tampoco hace falta estampar en la cara una miniatura de la catedral de Milán para que te piten penalti. Y sin embargo, por mucho que As se esfuerce en colocar una secuencia de fotos en la que no se ve nada, es impepinable que el defensa del Espanyol agarra por la camiseta a Xavi. Sucede, cosas de la vida, que el reglamento de la FIFA dice así:

Regla 12: Faltas e incorrecciones

Tiro libre directo
Se concederá un tiro libre directo al equipo adversario si un jugador comete una de las siguientes siete infracciones de una manera que el árbitro considere imprudente, temeraria o con el uso de fuerza excesiva:
• dar o intentar dar una patada a un adversario
• poner o intentar poner una za
ncadilla a un adversario
• saltar sobre un adversario
• cargar sobre un adversario
• golpear o intentar golpear a un adversario
• empujar a un adversario
• realizar una entrada contra un adversario

Se concederá asimismo un tiro libre directo al equipo adversario si un jugador comete una de las siguientes tres infracciones:
• sujetar a un adversario
• escupir a un adversario
• tocar el balón deliberadamente con las manos (se exceptúa al guardameta dentro de su propia área penal)

El tiro libre directo se lanzará desde el lugar donde se cometió la infracción
(ver Regla 13 – Posición en tiros libres).

Tiro penal
Se concederá un tiro penal si un jugador comete una de las diez infracciones antes mencionadas dentro de su propia área penal, independientemente de la posición del balón, siempre que este último esté en juego.


Sujetar a un adversario es tiro libre directo. Dentro del área es penalti. Por lo tanto, se pongan como se pongan algunos, reglamento en mano se puede considerar que la jugada fue penalti. Es más, el reglamento no deja a interpretación del árbitro si el agarrón es “imprudente, temerario, o con el uso de fuerza excesiva”, un agarrón es falta y punto. A partir de aquí, se podrá argumentar que hay mil jugadas así o mucho más exageradas (como el “abrazo” de Pareja a Ibrahimovic minutos antes, en que sólo le faltó desnudarlo, y que encima acabó con tarjeta al sueco por protestar) en cada córner y que no se pitan –tal vez deberían pitarse-, que Xavi le echa todo el cuento que puede. Se pueden argumentar muchas cosas para justificar que no era penalti, pero de lo que no se puede es hablar de robos, atracos y conspiraciones judeo-masónicas para favorecer al Barça como han hecho Marca, As y, lo que es peor, el presidente del Espanyol, Daniel Sánchez Llibre, que parece que sólo vio una jugada en todo el partido, la que le interesa, y del resto se olvida. El hombre que ha anunciado 12 veces su dimisión y ha salido vivo llegó a pedir “que le den 70 puntos de salida a ese* equipo y el resto jugamos otra Liga y ya está”. Tal vez abandonar el hooliganismo y el sectarismo sea demasiado complicado para esas extrañas formas de vida como Eduardo Inda, Tomás Guasch, Tomás Roncero (ejemplos del bando merengue) Joan Vehils, José Luis Carazo o Joan Mascaró (bando azulgrana), sobre todo si es para abrazar la bandera del rigor y de una cierta memoria a medio plazo (¿Madrid-Almería? ¿penalti a Cristiano Ronaldo? ¿alguien se acuerda?), pero podrían empezar por hablar en términos algo menos absolutos y buscar expresiones algo más humildes como penalti dudoso (en el peor de los casos) o penalti riguroso (en el mejor) porque, cómo es la vida, el reglamento dice que un agarrón en el área es penalti ¿o mejor cambiamos el reglamento?

*Nota del autor: Barça, Dani, B-A-R-Ç-A. Sé que te cuesta decirlo. El resentimiento es una cosa complicada, pero muchos agradeceríamos que dejaras de referirte al Futbol Club Barcelona en demostrativos o como “l’-l’altra equip de la ciutat”, tartajeo incluído. Dices que Laporta es “infantil” e “impresentable” pero con actitudes como esta sólo ofreces dura competencia.

Dicho esto, la jugada del derbi (metropolitano o ciudadano, según guste) es el más claro ejemplo de que la aplicación del video al arbitraje no cambiaría en exceso el panorama actual. El viejo debate se reabrió con furor tras la hábil mano de Henry frente a Irlanda (reconozcámoslo, a parte de ilegal y descarada, la acción no es nada sencilla y es ejecutada con esa elegancia que caracteriza ‘Titi’. Especialmente el segundo toque con la mano, en plena carrera, con la que se coloca el balón con extraordinaria precisión para dar una asistencia de gol, fuera del alcance de Shay Given, para que Gallas remate a placer. Ilegal, pero elegante). En aquel momento todo el mundo coincidió con que el gol no tenía que haber subido al marcador. Sin embargo, estas jugadas tan clamorosas que no dejan lugar a interpretaciones son una rareza futbolística, y el penalti que nos ocupa es un clarísimo ejemplo: han pasado cinco días, se han visto mil repeticiones y todavía hay gente que defiende que la sanción es correcta con argumentos validos y otros que creen que no está bien señalado con razones de igual peso. Al defender la incorporación del video parece que se acabará con las polémicas arbítrales, con los errores de los colegiados y con las trampas de los jugadores más pícaros, pero la realidad es que seguiremos más o menos igual. Se parte de una base errónea: el video, como el algodón, no engaña. Dejando de lado que hay cierta industria, ahora en una crisis galopante, que ha generado millones de euros usando una cámara precisamente para engañar al espectador, ¿cuántas veces hemos visto una toma en la que se ve claramente que el defensor arrolla al delantero y otra en la que se aprecia sin lugar a dudas que toca el balón? El video tampoco solucionaría las dudas sobre si unas manos en el interior del área son voluntarias o no, o si ese jugador en fuera de juego posicional, pero que no interviene directamente en la jugada, estorba o no al defensa. Al final quedaría a criterio del árbitro, con lo que tampoco hemos mejorado tanto.

Además se abriría otro debate: ¿cuándo se recurre al video y cuándo no? ¿quién decide cuando lo hacemos? ¿el árbitro o los jugadores? Todo el mundo estaría más o menos de acuerdo con usarlo en caso de que haya dudas sobre si un balón ha entrado o no, ¿pero se tendría que acudir al monitor cada vez que alguien reclame un posible penalti o un fuera de juego? Si ya nos aburrimos de ver equipos que aprovechan cualquier contacto para perder un minuto simulando una amputación de pierna ¿se imaginan que pudieran perder otros dos minutos yendo a ver la tele un rato? Se facilitarían las constantes interrupciones del juego y el balompié es un deporte que necesita continuidad. El ojo de halcón usado en el tenis para determinar de manera rápida y aséptica si una bola ha entrado o no sólo funcionaría en el fútbol para confirmar si el balón botó dentro o fuera de la portería, para casi todos los demás casos seguiríamos con las tan características quejas de los futbolistas y el rosario de tarjetas con el que responden algunos árbitros ¿o acaso una pantalla convencería a Marchena de que sí, que ha hecho falta?.

Los ingleses dicen que el rugby es un deporte de villanos jugado por caballeros, y el fútbol es un deporte de caballeros jugado por villanos. Y es que, aunque no sea políticamente correcto, la trampa ya forma parte del fútbol. Hasta tal punto que incluso los espíritus más puros aceptan las mal llamadas faltas tácticas, que no deja de ser otra cosa que derribar a tu rival en el centro del campo para cortar el juego, abortar un posible contraataque y recolocar tu defensa. El resultado es una paradoja en la que la sanción beneficia al sancionado. Pero si la falta es táctica no puede ser sucia... ¿o sí?

PD: Yo no hubiera pitado penalti, y si la jugada hubiera sido al revés hubiera abonado bien todo el árbol genealógico del árbitro, pero también el del defensa idiota que agarra de la camiseta al rival que no iba a llegar al balón en una jugada en la que estás solo en el área con él, sin nadie que te tape. Con todos mis respetos hacia Raúl Baena, hay que ser burro para arriesgar tanto, como hay que ser corto para expulsar a alguien sólo porque te dice “ya lo verás en la tele”(según explica el acta del partido). Pero ya sabemos como son los árbitros: un jugador puede coser a patadas a los rivales y ver tarjeta amarilla en el minuto 90 por protestar. Viva ellos.

martes, 1 de diciembre de 2009

La cagada de un periódico de 106 años de historia

Meter la pata hasta el fondo y luego esconderse. Es lo que ha hecho este fin de semana ABC. Resulta que el sábado, en busca de una portada impactante y amarillista hasta el vómito, decidió dar protagonismo a la detención de un presunto asesino de una chiquilla de tres años en Tenerife (Ni me molestaré en comentar las demás noticias de la portada, ni las del sábado ni las del domingo). Con el titular “La mirada del asesino de una niña de tres años”, una foto en la que supuestamente el detenido demuestra su mirada de psicópata. En realidad una foto mala le sale a cualquiera, pero si decimos que es la mirada de un asesino en serie mola más y seguro que vendemos más periódicos (que la cosa está chunga). Ah, ¿que no ha sido juzgado ni condenado? Bueno, dejamos la palabra “presuntamente” para el pie de foto y ale. No vaya a ser que la portada no nos quede tan guay. En el interior, una página entera bajo el titular “Novio, canguro y asesino”. Toma esa mayonesa. El mismo sábado salta la noticia: la autopsia confirmaba que todo era un error y las heridas de la niña correspondían con la caída de un columpio –versión que sostenían tanto el detenido por la policía como por la madre- y las quemaduras eran consecuencia de un cuadro alérgico. El domingo, escondido en un lado de la portada, no vaya a ser que alguien lo vea, un pequeño recuadro: “Víctima de un error” ¿Reconocerá ABC su fragrante cagada? ¿Parece que sí? Pues no. “En libertad sin cargos el presunto agresor de Aitana – El primer informe médico estaba repleto de fallos”. En el interior, más de lo mismo: los médicos patinaron. Ni una referencia a la pifiada propia. Tres editoriales (el Estatuto es malo, el aborto es malo y Zapatero es muy malo), ninguna pidiendo disculpas por haberse saltado cualquier código ético juzgando y condenando a una persona públicamente y por haber hecho mal su trabajo dando por definitivas las conclusiones de una investigación que todavía no estaba cerrada y todavía pendiente de los resultados de la autopsia. Y ahora a ver quién le quita a Doña Enriqueta, la del quinto, que “con esa mirada, algo le haría a la niña”. Olé por ellos.

domingo, 29 de noviembre de 2009

40 años de Altamont, el gemelo siniestro de Woodstock

Santana, Jefferson Airplane, The Grateful Dead, The Flying Burrito Brothers, Crosby, Stills & Nash y los Rolling Stones como colofón de la fiesta. Tenía que haber sido uno de los momentos cumbres en la carrera de sus Satánicas Majestades, uno de esos momentos que tendría que citar, ya desde la introducción, todo escritor al que le diera por escribir un libro sobre la historia del rock. Tenía que ser la traca final de la gira americana de la autoproclamada “mejor banda del mundo”, que durante el mes de noviembre habían recorrido Estados Unidos de costa a costa dando 23 conciertos en quince ciudades distintas. Sin embargo, el concierto de Altamont, San Francisco, acabó por convertirse en uno de los momentos más oscuros de la historia del rock, que para muchos marcó el final de la era hippie.

Fue el 6 de diciembre de 1969. Mick Jagger se empeñó en organizar un evento similar al que Jimi Hendrix había liderado apenas cuatro meses antes en el ya legendario festival de Woodstock. De hecho, en los días previos al concierto muchos lo describían como “el Woodstock de la Costa Oeste”. Pero el “Altamont Speedway Free Festival” poco tuvo que ver con aquellos “tres días de paz, amor y música”. KSAN Radio, de San Francisco, informaba al día siguiente: “La gira americana de los Rolling Stones acabó ayer con un concierto gratuito en el circuito de Altamont para más de 300.000 personas. Hubo cuatro nacimientos, cuatro muertes y multitud de refriegas”. Una muestra del caos que se vivió aquella noche.

Los problemas comenzaron ya en la fase de planificación. La idea inicial era celebrar el concierto en el Golden Gate Park, pero la banda inglesa no recibió los permisos necesarios. La siguiente opción era el Sears Point Raceway pero la empresa propietaria del circuito, una productora de televisión llamada Filmways, desechó la posibilidad por un conflicto de derechos con el documental que los hermanos Maysles estaban rodando sobre la gira. La localización final fue anunciada el 4 de diciembre, a sólo dos días del masivo concierto: sería el Altamont Speedway. La tormenta de problemas logísticos incluía la ausencia de lavabos o asistencia médica, y el escenario medía poco más de un metro. Aquello no tenía pinta de poder ser la velada perfecta.

Por si fuera poco, la seguridad del concierto fue encargada a los Ángeles del Infierno -una banda de moteros más acostumbrada a sembrar el caos que a imponer orden- a cambio de 500 dólares y cerveza, extremo negado tanto por mánager de los Stones, Sam Cutler, como los propios moteros, que llegaron a afirmar que ellos estaban allí únicamente para divertirse. Sin embargo, el documental de los hermanos Maysles, Gimme Shelter, demuestra que los Ángeles se comportaban como si estuvieran al mando, aparcando las motos enfrente del escenario para crear una barrera y montando guardia con tacos de billar.

Cuando comenzó el concierto las drogas llevaban horas haciendo estragos en el cuerpo de muchos espectadores que llevaban toda la mañana esperando que comenzara el espectáculo. Durante la primera actuación de la noche, la de Santana, quedó patente que el escenario era demasiado bajo, facilitando que numerosos energúmenos lo invadieran. En ese instante los Ángeles del Infierno, que hasta entonces habían estado vigilando los distintos equipos de sonido, se instalaron frente al escenario y reprimieron con dureza todo intento de trepar al decorado. El caos pareció llegar a su clímax durante la actuación de Jefferson Airplane: Marty Balin, cantante de la banda, fue noqueado por un Ángel del Infierno durante una reyerta en plena actuación.

Según Keith Richards, guitarrista de los Stones, la idea de contratar a los Ángeles del Infierno como encargados de la seguridad había surgido de The Grateful Dead, que ya les había contratado con anterioridad sin atisbos de violencia. Además los propios Rolling Stones ya habían entablado contacto con la rama inglesa de la banda, que habían asistido sin problemas a diversos conciertos del grupo liderado por Mick Jagger. Los Stones no tuvieron en cuenta que mientras que los Ángeles del Infierno británicos eran poco más que un grupo de excursionistas motorizados, su versión americana había estado implicada en numerosos casos de tráfico de drogas y posesión ilegal de armas.

Los presuntos encargados de la seguridad del concierto dejando inconsciente a un cantante en plena actuación. ¿Podía ir la cosa a peor? Sí, podía. Viendo como se complicaba la situación, The Gratefull Dead decidieron no actuar, mientras la relación entre los Ángeles del Infierno y el público se complicaba cada vez más, los que antes eran empujones ahora eran directamente puñetazos y las reyertas frente al escenario eran cada vez más numerosas.

Finalmente, sus Satánicas Majestades saltaron al escenario con la esperanza de que su esperada presencia calmaría los ánimos. No fue así, sino todo lo contrario. “Yo estuve allí cuando Cristo tuvo su momento de dolor y duda. (...) Yo estuve en San Petersburgo cuando vi que era el momento de un cambio. (...) Yo estuve allí cuando la blitzkrieg rugía” afirma el Diablo en la letra de Sympathy for the Devil. Probablemente también estaba presente mientras los Stones interpretaban la canción. A los pies del escenario, los Ángeles del Infierno cargaron contra el público como si fueran la Caballería Rusticana. Jagger paró la actuación y trató de arreglar la situación. “¡Hermanos y hermanas, tranquilizaos!” Ajeno a la locura que le rodeaba, un perro cruzó el escenario con toda la calma del mundo. Las peticiones del cantante no fueron escuchadas y poco después tuvo que volver a interrumpir la actuación. “¡Todo el mundo, gente, Ángeles, calmaros. Esta podría ser la mejor noche de todo el invierno, no la jodamos!”, reclamaba y amenazaba patéticamente con parar el concierto. Ante el fracaso de Jagger, un Ángel del Infierno se acercó al micro. “¡Si no os calmáis no vais a escuchar música! ¿Queréis iros todos a casa o qué?” espetó con poca delicadeza. El público se agitó aún más.

Dado el caos que dominó aquella noche californiana, podría parecer que cuatro muertes no era algo exagerado si lo comparamos con los tres muertos del pacífico Woodstock. Sin embargo, mientras que en Woodstock todas las muertes fueron accidentales (una por sobredosis, otra por apendicitis y otra por un accidente con un tractor), en Altamont hubo dos atropellos con huída, un ahogado en un canal... y un apuñalamiento que fue grabado por los cámaras distribuidos por los hermanos Maysles, entre los que se encontraba un jovencísimo George Lucas.

Fue poco después de que Jagger suplicara al público y a los Ángeles del Infierno que se calmaran. La banda tocaba Under my thumb y no Sympathy for the Devil como se suele creer. Un joven de 18 años de raza negra vestido con una chaqueta y pantalones verde pistacho, camiseta negra, pelo afro y bajo los efectos de metanfetaminas intentó subirse al escenario con un grupo de amigos. Este fue la causa de una escaramuza entre Meredith Hunter, ‘Murdoch’ para los amigos y la peculiar seguridad contratada por los Stones. Los Ángeles del Infierno golpearon y persiguieron a Hunter por las cercanías del escenario hasta que el joven sacó una pistola y momentos después fue apuñalado por la espalda cinco veces por Alan Passaro, un Ángel del Infierno de 21 años de edad. Aunque en las imágenes del documental se puede ver un destello naranja durante dos fotogramas, no está claro si el arma llegó a ser disparada. En todo caso, el motero alegó defensa propia durante el juicio celebrado en 1971 en el que fue absuelto del cargo de asesinato. En marzo de 1985, el cadáver de Passaro apareció flotando en el embalse Anderson, California, con 10.000 dólares en su bolsillo. Las circunstancias de su muerte jamás fueron aclaradas. Durante mucho tiempo, circularon rumores de que un segundo Ángel del Infierno había inflingido las heridas mortales a Meredith Hunter, lo que llevó a la policía de Alameda a mantener el caso abierto hasta el 25 de mayo de 2005, cuando se cerró descartando la teoría de un segundo asaltante. El año 2008 Mark Young, ex agente del FBI, aseguró que los Ángeles del Infierno habían intentado asesinar a Jagger por la falta de apoyo que este les había proporcionado tras los hechos. Al parecer, intentaron usar un barco para acercarse a la residencia del rockero en Long Island, pero una fuerte tormenta abortó sus planes.

Las imágenes de Gimme Shelter no dejan lugar a ninguna duda: Alan Passaro apuñaló a Meredith Hunter después de que este sacara, y tal vez disparara, una pistola. Desenfundar un arma cuando estas rodeado de moteros con ganas de marcha seguramente no se cuente entre las mejores ideas de todos los tiempos. No cabe duda de que la actitud de los Ángeles del Infierno no fue la más adecuada para garantizar la tranquilidad de una masa perjudicada por horas de alcohol, drogas y ácidos. Sin embargo ¿quién antepuso su vanidad cuando la organización, el tiempo y las condiciones estaban lejos de garantizar una buena velada? Si los Ángeles del Infierno no fueron contratados para hacerse cargo de la seguridad ¿porqué actuaban como si lo fueran? ¿dónde estaban los verdaderos encargados de la seguridad? ¿porqué no se suspendió el concierto cuando era evidente que la violencia sólo iba a más? En 1995 Mick Jagger declaró a la revista Rolling Stone: “Sientes responsabilidad. ¿Cómo pudo ser todo tan tonto e ir tan mal? Pero no creo en todo lo que la prensa ha dicho: esta gran pérdida de inocencia, el fin catártico de la era hippie... no pienso nada de eso. Es una carga que no pesa en mi mente. Es peor lo terrible que es haber tenido esta experiencia y lo horrible que es para alguien ser asesinado, lo triste que es para su familia y lo fatal que se comportaron los Ángeles del Infierno”.

A continuación, a modo de bonus tracks, una serie de extractos del genial documental Gimme Shelter que los hermanos Mayses realizaron sobre la gira americana y que centra gran parte de su metraje en los sucesos de Altamont.

La rueda de prensa en la que Jagger anunció el concierto


Comienza el caos: los Ángeles del Infierno dejan sin sentido al cantante de Jefferson Airplane en plena actuación


Reacciones a la actitud de los moteros y su "desfile" hacia el escenario


Los Rolling Stones interrumpen su actuación por primera vez e intentan calmar la situación


Segunda llamada a la paz por parte de Jagger


Se acaba la fiesta: el asesinato de Meredith Hunter

domingo, 8 de noviembre de 2009

Cuando el fútbol lo fagocita todo

La ‘Rampa del deporte’ está totalmente desierta. Da la sensación de que hay poco interés en ver, por ejemplo, el McLaren MP4/13 con el que Mika Hakkinen se proclamó campeón del mundo de Fórmula 1 en 1998. Las descomunales zapatillas cedidas por Pau Gasol, Roberto Dueñas y Elisabeth Cebrián tampoco parecen ser un gran reclamo para el público. En ese momento un grupo de niños, en una de esas mal llamadas “salidas culturales” que todo alumno celebra porque les permite ahorrarse una clase de matemáticas, irrumpe en el hall del Museo Olímpico y del Deporte de Barcelona, presidido por un Ibiza Kit Car con el que Jesús Puras y Erwin Weber ganaron el Campeonato del Mundo de Rallies de Dos Litros en 1996. Mientras la pobre monitora hace lo que puede para controlar al grupo, uno de los chavales exclama “¡Jo! ¡Teníamos que haber ido al Museo del Barça!”.

Apenas a cinco kilómetros de la montaña mágica, en el Museo President Nuñez, popularmente conocido como el Museo del Barça que tanto quería ver aquél chaval, un grupo de alrededor de diez personas admira la colección de títulos cosechada por las diferentes secciones del FC Barcelona en 2009, presidida por la UEFA Champions League que el equipo consiguió el pasado 27 de mayo en el Estadio Olímpico de Roma frente al Manchester United. Franqueando las copas, dos pantallas se recrean, a ritmo de Coldplay, con vídeos del 2-6 que los de Guardiola endosaron al Real Madrid. A unos metros, dos visitantes japoneses armados con cámaras fotográficas retratan las botas con las que Ronald Koeman marcó el gol que dio a los azulgranas su primera Copa de Europa.

En la sala dedicada a Barcelona 92 del Museo Olímpico reina el silencio, sólo roto por los lejanos gritos de los jóvenes visitantes. Es llamativo que el museo dedicado a uno de los acontecimientos más importantes que ha vivido la capital catalana, que se convirtió en ombligo del mundo entre el 25 de julio y el 9 de agosto de 1992, atraiga tan poco la atención. Inaugurado el 21 de marzo de 2007, no se centra únicamente en las XXV Olimpiadas ni en la historia de los juegos, sino que incluye a todo deporte, olímpico o no. La muestra comprende desde la bicicleta en la que Indurain portó la antorcha olímpica, las marionetas usadas por la Fura del Baus en la ceremonia de inauguración, una moto con la que Ángel Nieto logró uno de sus 12+1 Campeonatos del Mundo de motociclismo, futbolines, juguetes y cómics relacionados con el mundo del deporte, una sección de cáliz más científico, en la que se tratan temas como la alimentación o el dopaje, un repaso fotográfico a las olimpiadas de Pekín 2008 o una amplia colección de objetos cedidos Joan Antoni Samaranch. Se trata de una recopilación de pinturas, esculturas, una colección de sellos dedicada al deporte y fotografías que retratan al presidente de honor del COI con diferentes personalidades con las que se encontró a lo largo de sus 21 años al frente del movimiento olímpico.

La calma reinante en el museo olímpico contrasta con el ajetreo del Museo del Barça, una especie de Torre de Babel en el que en poco tiempo se puede escuchar un peculiar amalgama de idiomas, algunos de difícil identificación, que raras veces incluye al castellano y al catalán. No hace falta un análisis muy exhaustivo para darse cuenta que gran parte de los visitantes son forasteros de visita en la ciudad a los que no les quema gastarse los 14€ que cuesta una entrada (gratis para los socios), pero que sin embargo no tienen tiempo, dinero o interés como para invertir 4€ en una visita al Museo Olímpico. Asiáticos, eslavos y sajones observan absortos la colección de trofeos que el club azulgrana ha ido recaudando a lo largo de sus 109 años de existencia, las camisetas de los campeones del triplete, prendas usadas por leyendas del club como el belicoso delantero búlgaro Hristo Stoichkov y maquetas de los distintos estadios en los que ha jugado el equipo. Tampoco dudan en fotografiarse, previo pago, levantando la Champions League lograda en 2006 gracias a aquel tiro de Belletti que se escurrió entre las piernas de Almunia.

Según Nielsen Media Research, 4,7 billones de espectadores siguieron en algún momento la retransmisión de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, siendo la competición deportiva con más seguimiento de la historia. Sin embargo, el museo más visitado de Cataluña es el Museo del Barça. En 2008, 1.397.306 personas examinaron la exposición azulgrana, por encima de los 1.302.347 visitantes del Museo Dalí, de los 1.137.306 del Museo Picasso, y de los 1.045.538 de la Fundación Miró. El Museo Olímpico tuvo 80.000 visitas, de las cuales 20.000 eran visitas escolares. No deja de ser llamativo que los museos dedicados a tres genios que marcaron la historia de la pintura y el que se le dedica al evento deportivo con más seguimiento del mundo tengan menos visitantes que el Museo del Barça, que no deja de ser una sala de trofeos con algunos añadidos. Este hecho no hace más que reflejar el gran impacto social que tienen ciertos conjuntos deportivos en general y la proyección mundial que tiene el FC Barcelona en particular. Uno de los laterales del Camp Nou, que alberga el Museo President Nuñez, exhibe orgulloso el lema de la entidad azulgrana “Más que un club”. Tal vez, por extensión, el Museo del Barça sea “Más que un museo”. En cambio el Museo Olímpico y del Deporte es sólo un museo. Olímpico, pero sólo un museo.

lunes, 19 de octubre de 2009

La leyenda del Brawn Volador

Lo reconozco, no me voy a esconder. Yo fui uno de esos listos que cuando vieron los tiempos estratosféricos que los Brawn marcaron en aquellos lejanos tests de pretemporada dijeron "¡Buh! esto es puro marketing. Necesitan urgentemente patrocinadores y la mejor manera que tienen de conseguirlo es salir a pista sin gasolina y romper el cronómetro, pero cuando empiece la competición se verá cual es su sitio. Seguro que el coche es bueno, pero no tanto".

En una cosa teníamos razón: la llegada del Gran Premio de Australia les puso en su sitio: Jenson Button vencedor, Rubens Barrichello en segundo lugar y servidor con cara de panoli. Uno no puede sino quitarse el sombrero ante la que se ha convertido en la primera escudería en ganar el campeonato del mundo de Fórmula 1 el año de su debut.

Y sobre todo quitarse el sombrero ante el genio que es Ross Brawn, responsable en la sombra de los siete campeonatos mundiales de Michael Schumacher. Él fue el encargado de planificar las brillantes estrategias de carrera a lo largo de toda la carrera de el Kaiser, como las sorprendentes cuatro paradas en boxes del alemán en el Gran Premio de Francia que le sirvieron para birlarle a Fernando Alonso una victoria que tenía en el bolsillo. Ahora suma a su palmarés la nada desdeñable hazaña de ganar el campeonato de constructores y el de pilotos con un equipo comprado por la suma simbólica de 1,20€ (Sí, tal cual, sin la coletilla de “millones”. Lo mismo que un café o menos). Con un presupuesto aplastantemente inferior al de Ferrari, Renault o Toyota ha dominado el mundial con la única y lejana competencia de los también sorprendentes Red Bull. Ross sabía que tenía coche para ser campeón del mundo. Por eso cuando una Honda agobiada por la crisis y la falta de resultados deportivos tomó la decisión de abandonar el mundial, él hizo todo lo posible para sacar el equipo adelante, aunque ningún directivo de la empresa nipona creyó en él. Hoy en Japón deben estar tirando tabiques a cabezazos.

El Mundial de 2009 ha sido un campeonato extraño. La tormentosa pretemporada, con los cambios de reglamento a última hora y las amenazas de ruptura de los equipos que desembocó en el anuncio de que Max Mosley no se presentaría a la reelección a la presidencia de la FIA ya presagiaban una temporada singular y movida, pero nada parecido a lo que finalmente ha sido. Con Ferrari hundido en el fondo de la parrilla, con McLaren dando tumbos y Fernando Alonso consumido por las convulsiones internas de Renault, un equipo que a dos semanas de comenzar el Mundial ni siquiera existía ha acabado llevándose la gloria con la única competencia de otro equipo que tenía que habitar en la mitad de la tabla: Red Bull. Para rematar, el año 2009 ha visto rodar la cabeza de Favio Briatore en una cacería humana al más puro estilo Kill Bill y un piloto, Jenson Button, que a un mes de la primera carrera estaba en el paro ha acabado en los más alto de una clasificación salpicada de “medios puntos” por culpa del inacabado GP de Malasia.

Button, el campeón, está lejos de ser el mejor piloto de la parrilla. Debutó en 2000 como la gran promesa británica pero algunos errores importantes, como chocarse en Monza con el coche de seguridad en pista, dieron con sus huesos fuera del equipo Williams. Recaló en Bennetton (actual Renault) , donde sus decepcionantes resultados le hicieron perder su volante a favor de un jovencísimo Fernando Alonso. Así acabó recalando en BAR, escudería fundada con la intención de ganar el Mundial pero que falló estrepitosamente una y otra vez en el intento hasta que la empresa propietaria, British American Tobacco, se hartó y se quitó el muerto de encima vendiendo el invento a Honda, que tres años después se desentendería del asunto regalándole el equipo al señor Brawn. A pesar de su irregular trayectoria, esta temporada Button ha sabido gestionar, tirando de experiencia, los dos grandes elementos que tenía a su favor: Primero, la superioridad que le confería el polémico doble difusor en las primeras carreras (el genio de Brawn, que supo ver huecos en el reglamento donde nadie más los vio) y la perfección aerodinámica de su bólido que le permitió ganar seis de las primeras siete carreras. Segundo, ha sabido administrar la amplísima ventaja ganada en el inicio del mundial frente a la carga de Vettel.

Pero el hombre del año es sin duda Ross Brawn, al que no se le reconoció del todo el su extraordinario trabajo sin el que Schumacher no sería, números en mano, el mejor piloto de la historia. Tuvo la capacidad de convencer a Richard Branson, dueño de Virgin, para que esponsorizase un equipo al que Honda había dejado en la estacada tras el fiasco de temporadas anteriores. Ha liderado un equipo que comenzó la temporada con el coche totalmente blanco, pero por el que el año que viene habrá cuchilladas para poder poner una pegatina en el último rincón del monoplaza. Ferrari y McLaren ya pueden andarse con ojo. Hay un nuevo forastero en la ciudad dispuesto a disputarles su supremacía. Y el forastero es jodidamente rápido.

jueves, 15 de octubre de 2009

Si la cosa funciona: Cuando Larry David ejerce de Woody Allen

“Woody Allen está de capa caída, para que nos vamos a engañar”, esta frase resume lo que muchos pensábamos del autor neoyorkino. Después de haber dirigido 44 películas en 43 años y haber escrito 53 podría parecer que todo lo que podía decir Woody Allen ya lo ha dicho bastante. Conocemos sus neuras, sus gustos, su forma de ver la vida, es casi uno más de la familia, ese tío extravagante que da la nota en las cenas de Navidad. Desde el cambio de siglo, sus películas han ido perdiendo frescura, con la excepcional excepción de Match Point. Sus últimas películas, la floja El Sueño de Casandra y el zurullo de Vicky Cristina Barcelona, apuntaban a un director en atroz decadencia.

Pero un maestro es un maestro, e incluso en su ocaso se puede sacar de la manga una película tan inteligente y a la vez tan ligera como Si la cosa funciona. Boris Yellnikoff es un intelectual neoyorkino que, tras intentar suicidarse, abandona su acomodada existencia para vivir de manera más bohemia. Inteligente, trascendental, hipocondriaco y preocupado por los más complejos asuntos del cosmos, se cruza con Melodie, una cría sin exceso de luces que ha huido de su casa. La coexistencia entre ambos seres es de lo más peculiar, así como la aparición de los progenitores de la señorita.

Si la cosa funciona no deja de ser la película tipo de Woody Allen: una comedia tremendamente agria y repleta de líos y malentendidos, los personajes tienen unas personalidades muy extremas y las situaciones llegan a cotas totalmente absurdas. Gran parte de la frescura de la cinta viene de la mano del señor Larry David, quien da vida a Boris, que no es otro que el creador de Seinfeld, que se convirtió en un personaje de culto al autointerpretarse en Curb Your Enthusiasm, una serie de clara inspiración woodyallenesca. El también neoyorkino, que ya había colaborado con Allen en Días de radio y en Historias de Nueva York, realiza un papel que posiblemente Allen escribió para si mismo. Sin embargo David le da un toque de agresividad y carga de mala leche al típico personaje de Woody. También es muy destacable el papel de Evan Rachel Wood que tras demostrar sobrada capacidad para papeles dramáticos (es la hija de Mickey Rourke en El Luchador) y de buenorra petarda (también es la reina de los vampiros en True Blood), deja patente que va sobrada de registros al atreverse también con el rol de tontita cómica.

No es el mejor film de Woody, desde luego, pero tras las dudas levantadas por sus últimas películas (especialmente por la mierda de rinoceronte que fue Vicky Cristina Barcelona) siempre es un gustazo que te de una pequeña alegría como esta. Original dentro de las neuras de Allen, llena de sabiduría ligera (que no inútil), divertida y con momentos impagables, como los diálogos a cámara del señor Larry David. Woody, gracias por volver.

lunes, 5 de octubre de 2009

La Sexta, Telecinco y sus pataletas por la Fórmula 1

Mucho le tuvo que doler a Telecinco perder los derechos de la Fórmula 1 a manos de La Sexta, y parece que todavía les duele. Si en aquel momento la cadena amiga contraatacó con una demanda que acabó con la prohibición de que Sé Lo Que Hicisteis emitiera más videos de la telebasura telecinquiana, hoy una nueva demanda pretende que Ángel Martín y Patricia Conde ni siquiera puedan hablar de las andanzas de Belén Esteban, Jimmy Giménez Arnau, Pipi Estrada y los demás frikis que habitan en los platós de Fuencarral. Curiosamente esta demanda llega apenas cinco días después del anuncio de que Fernando Alonso correrá la próxima temporada en Ferrari. Un fichaje que sin duda disparará las audiencias de La Sexta, audiencias que por cierto son uno de los blancos favoritos de cierto criticón oriundo de Telecinco, que aprovechaba cualquier crítica (sin razón muchas ellas) al asturiano para dejar caer una hostia a La Sexta y cantar las excelencias de las retransmisiones de su cadena ¡viva!

Es curioso que una cadena que tiene en plantilla a gente como el criticón antes mencionado o gente (¿gente?) como Jorge Javier Vázquez, que se gana la vida a base de freír vivos al personal y remover la mierda ajena, tenga la piel tan sensible ante las críticas de una cadena que no llega al 9% de share en un día soleado. Puedo comprender que moleste que un programa se monte casi exclusivamente a partir de videos que has producido tú con tu dinero y tu esfuerzo, sin embargo pretender que un juez proteja tus contenidos de críticas exteriores es ya un pelín muy excesivo, y más teniendo en cuenta que gran parte de estos contenidos son una mierda tan pura que brilla en la oscuridad. Y mientras Telecinco patalea porque un enano les critica, soñará con el share que podría haber tenido la calva de Lobato bajo el box de Ferrari.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Inglourious Basterds: Pulp History o con nazis y a lo loco

Más de una década llevaba Tarantino trabajando en el guión de Inglourious Basterds, la que tenía que haber sido su cuarta película, después de Jackie Brown. Sin embargo, por distintas razones el proyecto se fue retrasando, primero para rodar la fenomenal bilogía de Kill Bill, y luego esa simpática estridencia que fue Grindhouse, realizada junto a Robert Rodríguez. Finalmente, en Cannes 2008 apostó que un año más tarde estrenaría en el festival francés su épica bélica. Seguramente eso explica algo que podría haber sido sorprente: que un guión en el que un tipo como Tarantino ha estado tanto tiempo trabajando de la sensación de haber sido acabado algo deprisa.

Con esto no quiero decir que la película sea mala, en absoluto, es muy buena. El principio es arrollador y el final, glorioso. La puesta en escena es soberbia y la fotografía es sensacional. Brad Pitt borda al Teniente Aldo Raine –nombre que Tarantino recicla de su inacabada opera prima El cumpleaños de mi mejor amigo-, un personaje que seguro se convierte en un referente del universo tarantinesco. Christoph Waltz da vida a uno de los villanos más amenazadores de la última década y Mélanie Laurent, en el papel de una joven fugitiva judía, se erige como la gran revelación del año. No hace falta decir nada del habitual despliegue musical del que hace gala Tarantino en cada película, con numerosas piezas compuestas por el gran Ennio Morricone. El de Knoxville demuestra que es uno de los directores con más talento y estilo del momento.

Sin embargo el guión no está bien cerrado. Lo primero que llama la atención es que una película que se llama Inglourious Basterds no arranque desde el primer minuto con la historia de esta unidad de elite destinada a asesinar nazis de la forma más cruel posible, de la misma manera que también se hace extraño que la película se olvide de los bastardos durante casi veinte minutos de metraje. Es cierto que la película es muy coral, pero lo cierto es que al final gran parte del protagonismo recae sobre el personaje de Mélanie Laurent -actriz que tiene todos los números para convertirse en el gran descubrimiento de Hollywood de los próximos años- en detrimento del grupo que da título a la película.

Pero esto no deja de ser una tontería, y los fallos más graves vienen por otro lado. La película empieza como un huracán, con la presentación del coronel de las SS Hans Landa (Christoph Waltz), la versión nazi de Hercule Poirot, y de Shosanna Dreyfus (Mélanie Laurent). A continuación conocemos a los Bastardos a través de un soberbio monólogo de Brad Pitt en una secuencia que homenajea a Los doce del patíbulo. Pitt se confirma como un gran cómico después de Snatch y Quemar después de leer. El final de la película es igualmente espléndido. Sin embargo, a lo largo de todo el nudo de la película la historia navega. Le falta ritmo y la historia avanza a trompicones. Tarantino salva la situación gracias a que sus diálogos son como la mano del mago que despista al público mientras lleva a cabo su truco. Sin embargo, el bajón es notable.

Además, también se nota en exceso los cambios que ha habido en el guión en sus últimas versiones y el poco tiempo que se ha tenido para depurarlos. Algunos de los personajes cuentan con unas presentaciones exageradamente extensas, que incluyen incluso algún flashback, para su peso en la trama ya que en algún caso incluso mueren a la primera de cambio. También hay personajes, como el de B.J. Novak (conocido por ser Ryan el The Office), que aparecen en las primeras secuencias, desaparecen durante la parte central del film para reaparecer, como una seta, para la traca final.

Por otro lado, no estaría mal que Tarantino se tomara una tila antes de abordar su próximo proyecto. La versión más loca y desatada de Tarantino toco techo en Kill Bill, por original y por lo bien cerrado que estaba el guión. Deathproof era una gamberrada sólida, bien realizada y con algún momento glorioso. Inglorious Basterds es una locura imperfecta pero que satisfará al espectador gracias a su principio y al gran final. Sin embargo, después de estas tres películas (contaremos Kill Bill como una sola, ya que era la intención original del director) da la sensación de que la vía del despatarre tarantiniano no da más de sí. Si quiere seguir creciendo como el enorme director que es le toca reinventarse o volver a sus orígenes: unas películas tan personales como esta trilogía del “desvarío y la venganza” pero mucho más relajadas, en las que no da la impresión que el que más disfruta la película es el propio Tarantino.

Con todo, Inglourious Basterds es que dejará con un gran sabor de boca gracias a la gracia con la que Tarantino reescribe la historia, su –y no me cansaré de repetirlo- extraordinario final y los sensacionales papeles de Brad Pitt, Christoph Waltz y Mélanie Laurent. Y sobre todo al estilazo del amigo Quentin, porque este tío supura cine por todos los orificios de su cuerpo y eso se nota en la pantalla. Sólo hay que esperar que no se encasille en sus propios delirios.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

La guerra sucia por el control de la Fórmula 1

Favio Briatore es el tercer pez gordo que se ve obligado a abandonar su puesto en apenas una año, todo en medio de una dura confrontación entre los equipos y la federación. En marzo, Ron Dennis abandonó el equipo de F1 de McLaren para buscar nuevos desafíos en otros sectores, eso sí, con el escándalo por el espionaje a Ferrari como marea de fondo. Max Mosley, presidente de la FIA, tuvo que aceptar no presentarse a la reelección después de que la FOTA (Formula One Teams Association) amenazara con organizar un mundial paralelo en caso de aprobarse el límite presupuestario, todo unos meses después de haber sido víctima de una fea campaña contra él, recordando la afiliación nazi de su padre y con la filtración de una orgía sadomasoquista con decoración, digamos, germanófila.

Podría parecer una casualidad o querer ver fantasmas donde no lo hay, pero el ambiente de crispación entre los equipos y la organización invita a montarse las películas más increíbles. Nunca desde que se firmó el primer Pacto de la Concordia en 1981 la competición había estado tan cerca de romperse. Los continuos y aleatorios cambios de reglamentación -algunos a apenas unas semanas de empezar el campeonato- y la propuesta de limitar los presupuestos llevaron a una rebelión de los equipos liderada por, ¡oh! ¡sorpresa!, Favio Briatore. La desaparición del italiano deja a la FOTA sin uno de sus pesos pesados, quizá el más importante después de Luca Cordero di Montezemolo, presidente de Ferrari y de la asociación. Leer el ‘Singapourgate’ (la coletilla Gate a cualquier escándalo es la gran aportación de Bernstein y Woodward al mundo del periodismo, ni periodismo de investigación, ni vigilancia del poder ni pollas en vinagre) en clave de persecución hacia el italiano es aún más fácil después de que la FIA haya ofrecido a Pat Symonds, director de ingeniería de Renault, inmunidad en caso de que haga de chivato contra el italiano, igual que pasó con Nelsinho.

Lo que parecía una rabieta infantil del piloto brasileño tras su despido ha acabado por ser el más que probable final de la carrera del playboy italiano en la F1, descubridor ni más ni menos que de Michael Schumacher y Fernando Alonso. Parece increíble que un piloto acepte estrellarse contra el muro de manera voluntaria, con el peligro que ello conlleva, y que una persona que se presume inteligente como Briatore despida de mala manera a una persona que puede lanzar unas acusaciones tan fuertes contra él. Sin embargo la dimisión –o despido, aún no está claro-lleva implícito un mea culpa a pesar de que tanto Renault como Briatore anunciaron hace días que tomarían medidas criminales contra los Piquet.

Nelsinho y Mosley han consumado su venganza. El mundial podrá estar decidido a favor de los Brawn, habrá quien diga que este año la Fórmula 1 es muy aburrida, pero el thriller de asesinatos, conspiraciones y vendettas es increíble. Y aún no ha acabado, todavía queda la carrera por suceder a Mosley en la presidencia de la FIA, y quién sabe si rodará alguna cabeza más. Quedan con vida algunos de los enemigos acérrimos del mandamás de la federación, Montezemolo incluso lo calificó de dictador, y tiempo hay para que tengan una sorpresa, o se despierten con una cabeza de cavalino en la cama.

Eto’o-Ibra, Laporta-Valdano... y Pardeza

Aunque las casas de apuestas dan las mismas posibilidades de marcar a Eto’o y a Ibrahimovic, da la sensación que el camerunés tiene bastantes más números de hacerlo. Sólo hay que recordar su salida del Real Madrid y las ganas que tenía cada vez que jugaba contra el conjunto blanco, que volvieron loco al bueno de Casillas y sus gestos a Florentino Pérez quedan para la posteridad. Esta noche Samu tendrá entre ceja y ceja demostrarle a Guardiola que el ‘feeling’ no siempre es el mejor consejero. A su favor están los enormes espacios que deja la defensa culé a sus espaldas, unos espacios en los que él se mueve como ningún otro jugador gracias a su tremenda explosividad. Ibra, al contrario que el africano, no es un delantero que se motive especialmente al jugar contra sus ex-equipos, y no lo tendrá fácil para moverse de espaldas a la portería como él sabe con un central tipo tanque como es Walter Samuel, al que no hay que valorar por su lamentable etapa en el Madrid. Sin embargo, el sueco tiene una ocasión inmejorable para callar a todos aquellos que le acusan de realizar grandes partidos contra equipos pequeños para luego desaparecer en las grandes citas. Sólo espero dos cosas: la primera es que si Eto’o marca , que marcará, no haga ninguna tontería tipo ir a celebrarlo delante de Guardiola. Creo que el ambiente que se ha generado es inmejorable para que el camerunés sea ovacionado como merece cuando salte al césped del Camp Nou, pero si hay un jugador capaz de dinamitar cualquier buen ambiente, ese es Eto’o. La segunda es que en caso de que Eto’o marque y Zlatan no lo haga, no se creen en el Entorno Culé (sí, con mayúsculas) esas comparaciones tan culés que ni ayudan ni vienen a cuento y que se resumen en la esa frase tan típica de la grada del Camp Nou ‘aquest tiu es una tolla’.

Por otro lado, el campeonato de mear fuera de tiesto entre Laporta y Valdano está empezando a cobrar dimensiones ridículas. Que Laporta saque a pasear su boca-chancla es algo ya tristemente habitual y no sorprende demasiado. Suponemos que, si acaba siendo verdad los rumores que apuntan a que cuando abandone la presidencia se unirá a las filas de Reagrupament, alguien le enseñará a controlar la diarrea verbal que le entra cada vez que ve un micrófono. Sí que sorprende que el compañero de juerga sea Valdano, un tipo que siempre se ha caracterizado por unas opiniones mesuradas. Es posible que estar tan cerca de Monseñor Florentino le haya afectado demasiado. Ya declaró hace un par de meses que las enormes inversiones de Kaka y Cristiano Ronaldo se recuperarían en apenas un año, una justificación impensable viniendo de un hombre de fútbol como él. Ahora también se dedica a mezclar política y deporte sin venir a cuento y, para quedarse más descansao, mezclando el tocino con la velocidad. Lo más patético de todo es que muchos de los que critican a Laporta cuando habla de política, argumentando con razón que no es bueno mezclarla con el deporte, han aplaudido con las orejas las palabras de Valdano. El último y más esperpéntico episodio del culebrón viene protagonizado por... Pardeza... un director técnico de funciones indefinidas más allá de servir de escudo humano a Monseñor Florentino en caso de que la galaxia no acabe de funcionar como es debido (por 25 pesetas, un sólo fichaje o venta del Real Madrid que no haya salido del lóbulo frontal del monseñor-presidente). El amigo Miguel ha tenido la feliz idea de, en vez de dejar que esta estúpida polémica se olvide, entrar al trapo. Será que no tiene otra cosa que hacer. Ojalá algún día se legalice grapar la boca de ciertas personas.

lunes, 14 de septiembre de 2009

District 9: De hombres y gambas

Durante los años 80, en pleno tramo final del apartheid, una enorme nave espacial aparece en los cielos de Johannesburgo. Sus habitantes, una especie de náufragos espaciales al estilo Alien Nation, no tienen otra opción que quedarse en la Tierra. La convivencia nunca es fácil, ni siquiera entre individuos de la misma especie, y las diferencias entre humanos y “gambas”, como denominan a los visitantes, pronto desembocan en hostilidades. Así las cosas, se decide desplazar a los alienígenas a una nueva localización, lejos de la ciudad, desde la barriada en la que viven: el distrito 9.

No hace falta que pasen muchos minutos de película para entender por que Peter Jackson no tuvo reparos a la hora de apadrinar a un joven director sudafricano llamado Neill Blomkamp. Desde el primer plano queda claro que su superdotado sentido del espectáculo no tiene nada que envidiar al de James Cameron, Steven Spielberg o al del propio Jackson. El arranque de District 9 es espectacular visual y narrativamente. En formato documental, en apenas diez minutos te narra la llegada de los extraterrestres a la tierra con unos brillantes y sobrios efectos especiales a cargo de WetaWorkshop (El Señor de los Anillos), entrevistas a pie de calle a ciudadanos de raza negra que exigen que mantengan a las gambas lejos de sus casas. También nos presenta al protagonista, Wikus Van der Merwe: un personaje tímido, algo patético y con cierto aire a Michael Scott (el protagonista de The Office), que según el propio director no es otra cosa que el prototipo de funcionario gubernamental en la oscura época del apartheid. Wikus es el encargado de organizar el traslado de 1,8 millones de gambas del distrito 9 al 10. Su drama comienza cuando contrae una extraña infección (¿la gripe A?) que lentamente lo transforma en una gamba igual que Seth Brundle en La Mosca de Cronemberg. No sólo se convierte en algo que el mundo no soporta sino que también lo hace en el único ser humano con capacidad para manejar el avanzado armamento alienígena, o lo que es lo mismo el mayor objeto de negocio del mundo.

La estética de reportaje televisivo proporciona un aire de realidad a una historia que de otra manera hubiera sido totalmente ajena al espectador. Sin embargo, el director consigue que no sea demasiado complicado identificar imágenes de la película con muchas de las que se pueden ver en las noticias. Se puede reprochar a Blomkamp que salta de un formato documental a un formato de ficción puro y duro cuando es incapaz de explicar algo por medio del reportaje para volver a él cuando éste le ofrece opciones narrativas interesantes. Aunque esta mezcla descarada de géneros pueda chocar en un principio, otorga a District 9 un ritmo vertiginoso y un toque original que atrapa al espectador como pocas películas del género, especialmente en los últimos años. Además, es preferible esto -que no es otra cosa que reconocer las limitaciones del formato y del propio narrador- a forzar la maquinaria para justificar la presencia de una cámara que lo grave todo. Este punto ya ha causado dolores de cabeza a muchos directores de falsos documentales. REC y El Diario de los Muertos, de Jaume Balagueró y George A. Romero respectivamente, tienen graves problemas de verosimilitud por esto mismo, incluso hay películas como Monstruoso que se hunden completamente por ser incapaces de razonar porque razón alguien está grabando ciertas situaciones.

La honestidad y la inteligencia del debutante sudafricano también acierta al reconocer el momento en que la metáfora planteada al principio sobre el apartheid y las tensiones raciales no da para más. Renuncia a estirarla como un chicle y se decanta por apretar el acelerador y comenzar con los tiros y las explosiones, rodadas de manera brillante y sin caer en las exageradas fantasmadas que últimamente inundan el cine de acción. Blomkamp confirma que a los Spielbergs, Camerons y Jacksons les ha salido un duro competidor. Hay un nuevo vaquero en el cine espectáculo. Sin embargo la película no es perfecta y lo cierto es que no le hubiera venido mal un poco de tijera y quizá renunciar a alguna subtrama como la de los traficantes nigerianos que alargan excesivamente el final, aunque este recorte signifique perder algo de profundidad del universo creado por el cineasta.

Con todo, District 9 es una de las películas más originales e inteligentes que ha dado la ciencia-ficción en los últimos años y supone un brillante inicio para una prometedora carrera de un director de apenas 30 años, que bajo la protección del ecléctico Peter Jackson ya ha asegurado que, si las circunstancias se lo permiten, su intención es rodar una secuela. Todo parece indicar que así será.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Marca, el mejor fichaje de Florentino

Ojiplático me he quedado con la portada de hoy de Marca, posiblemente la más sectaria que recuerdo del Florentino Today, con titulares que quedarían que niquelados en defensacentral.com. El pobre Platini sólo ha dicho una verdad como un templo, que el Madrid tiene muchas estrellas, pero que lo importante es como se acaba la temporada, algo aplicable a cualquier equipo de primer nivel. Pero para ellos eso ya es despreciar al Madrid. No sólo eso: es atacar a todos los equipos españoles. Cágate lorito. De regalo meten unas declaraciones de Ferguson que no pintan nada y lo acusan de madriditis. Y no será por falta de noticias, con partido de España y un Argentina-Brasil por delante. Tampoco hay ni una sola mención a las acusaciones de la FIA contra Renault por haber amañado presuntamente el GP de Singapour de 2008 ¿tendrá algo que ver el anuncio de ING que hay en la parte baja de la portada?

viernes, 4 de septiembre de 2009

El cambio según occidente

Es especialmente llamativo el titular que El País muestra hoy en portada: “Los ultraconservadores toman el poder en Irán”. A pesar de que el Diccionario de la Real Academia ofrece 39 acepciones para el verbo tomar, por lo general se usa para indicar que alguien se hace con algo que antes no tenía. Y sin embargo la situación en Irán viene a ser la misma que hace cuatro meses, a pesar de que desde occidente tengamos la sensación de que algo ha cambiado después de un intenso bombardeo de imágenes de las protestas que han tenido lugar en Teherán.

Hace unos meses uno de los blogs de El Mundo publicaba una entrevista a Kam Zarrabi, escritor iraní afincado en EEUU y director general del Ministerio de Economía iraní en la época del Sha. Zarrabi expuso crudamente la realidad de su país: “Sólo mirando las imagines de los canales occidentales podemos advertir una gran multitud de manifestantes enfadados que portan pancartas escritas tanto en farsi como en inglés. La mayoría de la juventud urbana, los estudiantes, académicos y la elite de la nación, (en definitiva) la burguesía que está descontenta con un gobierno basado en la religión ha exigido reformas 'democráticas' desde hace mucho tiempo. Aquí tenemos un problema del que no se está hablando. Que la nación (iraní) está compuesta de algo más que la elite urbana. La gran mayoría, los trabajadores de las aldeas, el herrero y el taxista, no están participando en esas manifestaciones. ¡Ninguno de ellos sabe inglés! Ellos también votaron y sus votos superaron claramente a los de la oposición. Para la mayoría silenciosa no existe problema alguno con el código de vestimenta y otras restricciones a las que sí se opone la burguesía”.

Y sin embargo eso no ha llegado a occidente. Sólo vimos una masa de gente con prendas verdes protestando contra Ahmadineyad, al que ya habíamos visto antes en el papel de malo. Eso sí, era malo porque quiere hacer bombas atómicas, no por tener a oprimida bajo su bota a una parte de la población iraní con el beneplácito y bajo la supervisión del Guía Supremo Ali Jamenei. Si las elecciones fueron realmente amañadas o no, nunca lo sabremos. La Ley Electoral iraní es poco más que un chiste que facilita los pucherazos casi tanto como dificulta su demostración. Por ejemplo, en Irán una persona puede votar allá donde le plazca, lo que significa que en un distrito puede haber más votos que personas censadas. Esto, que en cualquier democracia con cara y ojos haría saltar todas las alarmas en Irán no es más que un pequeño indicio que no prueba nada, tristemente.

Además, por alguna razón “sin identificar” se ha generado la idea de que el señor Husein Musavi es el gran salvador de Irán, casi un demócrata llamado a derrocar la República Islamista que él mismo ayudó a instaurar. Sin embargo cuando él fue Primer Ministro en los años ochenta no se cortó un pelo a la hora de reprimir a la oposición con diligente dureza, algo por lo que nunca ha pedido disculpas.

Así que... ¿ha cambiado algo en Irán? Es más ¿hubo alguna vez alguna posibilidad de cambio?

martes, 1 de septiembre de 2009

Nosotros no nos equivocamos, él es un mentiroso

Lo que le faltaba a Franck Ribéry. Muy guapo no es el chaval, y hoy Marca, también conocido como Florentino Today, desvela en rigurosa exclusiva que le va a crecer la nariz. No queda muy bien empezar llamando mentiroso al que, según tú, va a ser el gran fichaje de tu amo y señor el año que viene.

Marca se emperró hasta el último momento en que el francés recalaría en el Bernabéu, algo que analizando la situación con un poco de frialdad era muy complicado. El Madrid se había gastado ya 265 millones de euros en fichajes y ha ingresado al rededor de 80, lejos de los 120 que pretendía conseguir. Además, con el 4-4-2 con el que pretende jugar Pellegrini, encajar a Cristiano, Kaka y Ribery... a menos que prescindas de Xabi o Lass en el centro del campo, como ya se prescindió de Makelele para enchufar a Beckham con resultados por todos conocidos.

Y también hay que recordar qué pasó la última vez que Marca aseguró que Florentino ya tenía fichado su galáctico para la siguiente temporada:


Y de bonus track, ayer Mundo Deportivo regaló a sus lectores el cómic de Chygrynskyi. Espero que esta forma de incluír declaraciones cree escuela, porque como a El Mundo le dé por hacer el cómic de las escuchas telefónicas al PP y a El País el del caso Gürtel John le Carré se va a cagar.